
Por otro el mar estaba lleno de muchas perlas preciosas y cada una de ellas eran mágicas, pues tenían amor por doquier, espontaneidad sin reservas, locura, muchas ganas de jugar y ser libres, pero necesitaban un cuidado especial. Es donde el ser celestial pensó, que sería bueno juntar a la tierra y al mar, pues ambos serían el complemento perfecto. Entonces un día Dios los unió, esas perlas preciosas fueron transformadas en seres especiales, esas perlas se convirtieron en niños, es por ello que desde ese entonces siempre existen niños en la tierra, desde ese entonces los adultos y los niños, están juntos. "Todo tiene su razón de ser". Los adultos brindamos cuidados, amor, seguridad, aprendizajes y modelos para un futuro y porque no también nosotros aprendemos de los pequeños, pues ellos nos transmiten sueños, vitalidad, risas, abrazos y muchos te quieros sin necesidad de hacer algo, basta con sentirlo para decirlo.
"Recuerda que siempre llevamos un niño dentro. No lo dejes mucho tiempo en el baúl de los recuerdos, sacalo de vez en cuando".