Esta semana mi cuerpo respondió a tantas insatisfacciones que están en mi vida y que aún no logro identificar, es una especie de cansancio con dolores que nunca habían aparecido, dolor de cabeza, cintura, cuello y espalda. Y bueno dejando de lado mis somatizaciones y malestar, me encontré con lecciones que me hacen nutrirme de la vida, de posibilidades, etapas que deben sanar y otras empezar.
Esta semana temas diversos se pusieron sobre la mesa, temas del corazón en relación de nosotras las mujeres, un tanto complicadas por momentos y valientes para asumir los retos que la vida nos plantea. Como Rossi que cuando dijo al sacerdote el día de su boda: “Sí, acepto” pensó que sería por siempre, y diseño su plan de vida, de tal forma, que estaba en función de dos. Sin embargo un día se encontró con una realidad que le mostró el otro lado de la vida, dos ya no era válido, el dos se convirtió en 1 y 1. Y cada quien debería continuar por separado.
El mundo se derrumbó los colores se tornaron de gris, pero hay una fuerza que nos sujeta y aunque todo se torne oscuro algo nos sostiene para continuar. Tomaron meses para recuperar energías y empezar hacer metamorfosis, empezando a preocuparse por cómo se sentía ella y no anteponer a los demás una vez más, como toda su vida lo había hecho.
Comenzó a tomar las riendas de su vida y fue valiente al expresar que quería ser respetada y no invadida, expresando a sus hijos que ella había tratado de ser menos doloroso todo el proceso de separación, pero había que establecer los límites pues no se podía hacer cuenta que nada hubiera pasado. La conyugalidad entre su padre y yo se rompió dijo Rossi, pero la parentalidad siempre nos acompañara ya que seremos abuelos al mismo tiempo, disfrutaremos de sus triunfos, los acompañaremos en sus momentos difíciles, siempre seremos sus padres. Dicho esto se despidió del hombre que la había acompañado toda una vida y se fue a su cuarto a llorar, a llorar su perdida pues no es fácil volver empezar, sobre todo cuando tenías un plan de vida junto a alguien, envejecer juntos y estar hasta el final de sus días.
Muchas veces tenemos un plan, pero que sucede cuando este toma otros rumbos.
Considero que todo dependerá del soporte que tengamos y la capacidad para transformar nuestros caminos. Aunque en un inicio sea todo gris, siempre habrá un día siguiente para volver empezar!!!
Esta semana temas diversos se pusieron sobre la mesa, temas del corazón en relación de nosotras las mujeres, un tanto complicadas por momentos y valientes para asumir los retos que la vida nos plantea. Como Rossi que cuando dijo al sacerdote el día de su boda: “Sí, acepto” pensó que sería por siempre, y diseño su plan de vida, de tal forma, que estaba en función de dos. Sin embargo un día se encontró con una realidad que le mostró el otro lado de la vida, dos ya no era válido, el dos se convirtió en 1 y 1. Y cada quien debería continuar por separado.
El mundo se derrumbó los colores se tornaron de gris, pero hay una fuerza que nos sujeta y aunque todo se torne oscuro algo nos sostiene para continuar. Tomaron meses para recuperar energías y empezar hacer metamorfosis, empezando a preocuparse por cómo se sentía ella y no anteponer a los demás una vez más, como toda su vida lo había hecho.
Comenzó a tomar las riendas de su vida y fue valiente al expresar que quería ser respetada y no invadida, expresando a sus hijos que ella había tratado de ser menos doloroso todo el proceso de separación, pero había que establecer los límites pues no se podía hacer cuenta que nada hubiera pasado. La conyugalidad entre su padre y yo se rompió dijo Rossi, pero la parentalidad siempre nos acompañara ya que seremos abuelos al mismo tiempo, disfrutaremos de sus triunfos, los acompañaremos en sus momentos difíciles, siempre seremos sus padres. Dicho esto se despidió del hombre que la había acompañado toda una vida y se fue a su cuarto a llorar, a llorar su perdida pues no es fácil volver empezar, sobre todo cuando tenías un plan de vida junto a alguien, envejecer juntos y estar hasta el final de sus días.
Muchas veces tenemos un plan, pero que sucede cuando este toma otros rumbos.
Considero que todo dependerá del soporte que tengamos y la capacidad para transformar nuestros caminos. Aunque en un inicio sea todo gris, siempre habrá un día siguiente para volver empezar!!!
