Fue una tarde de verano, había empezado una etapa nueva en mi vida llena de cambios y no sólo el cambio venia del exterior sino venia de “aquí” (algo difícil de explicar) y por primera vez la decisión fluyo, la culpa no fue invitada y mucho menos los arrepentimientos. No negare que tuve algo de miedo al aproximarme a él, pero sólo deje que el lenguaje de mi cuerpo fluyera y dijera todo lo que quería decir en ese momento y en definitiva hay verdades que no se pueden ocultar, el lenguaje de nuestros cuerpos fueron sabios, a pesar de las confusiones y dudas. Pues hubo un punto de coincidencia, coincidencia de almas que trascendieron fuera de este mundo, coincidencia de encontrarnos y de no ser una realidad tan lejana. Éramos imperfectos perfectos, complementos, pero como llegar a saberlo, como tener la certeza de ello, sin embargo conforme transcurría el tiempo nuestras almas y cuerpos, supieron oír lo que muy pocos se atreven a oír. El lenguaje del cuerpo es sabio, a veces es bueno pensar pero cuando esto nos limita y nos paraliza, es allí cuando se esta en serios problemas. Y como encontrar la medida exacta para elegir, creo que eso dependerá de cada uno, de arriesgar y asumir las consecuencias; para eso se vive!!! Para encontrar la felicidad y disfrutarla.
Dedicado: A quien fue capaz de arriesgar a pesar de sus miedos!!!
