Cuenta la historia que hace tiempo atrás había un ser con brazos largos y fuertes, era juguetón, divertido y le gustaba siempre estar colgado de los techos…. se llamaba trapecin.A trapecin le gustaba mucho jugar con los niños, pues con la magia que habitan en sus corazones ellos podían convertirse en seres mágicos y contagiarlo de muchos sueños y sonrisas. Así como el aire es vital para vivir, la magia y los sueños eran vitales para que él se mantuviera fuerte.
Trapecin iba regalando al mundo su protección, alegría y diversión. Un día en uno de sus viajes conoció un lugar mágico, un lugar donde lo recibieron con mucho amor y le pidieron que se quede para compartir sus experiencias con los niños que iban a visitarlo durante todo el año, los ojos le brillaron y se sintió tan feliz que dijo: Sí, me quedo. Desde ese entonces trapecin nos acompaña en nuestra maravillosa aventura. Hay niños que le tienen miedo porque no lo conocen, pero cuando lo hacen se dan cuenta que lo único que quiere trapecin, es jugar y tener muchos amigos.
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